Ana Mariño fue reconocida por su trayectoria profesional en el tratamiento del VIH y el desarrollo de la Unidad de Enfermedades Infecciosas

Ana Mariño

La colegiada de nuestra institución, la doctora Ana Mariño, recibió en diciembre la Insignia de Oro por parte del Ayuntamiento de Ferrol por su contribución a la sociedad en el ámbito del desarrollo de la prevención y el tratamiento de las enfermedades infecciosas y la infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

La doctora Mariño —especialista en Medicina Interna y miembro de la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol hasta su reciente jubilación— aseguró estar “muy orgullosa” de recibir la Insignia por parte de la ciudad “para la que he trabajado tantos años”. Recientemente, también fue homenajeada a nivel nacional en la XIV edición del Congreso de GeSIDA, por su trayectoria profesional. “Es un reconocimiento por parte de mis compañeros de trabajo, por lo que no puedo estar más contenta. Me parece lo máximo a lo que uno puede aspirar”.

“En Enfermedades Infecciosas conseguimos un mejor control de la infección por VIH y la infección nosocomial, así como el descenso de los casos de tuberculosis” (Ana Mariño)

La infección por VIH “ha sufrido un cambio radical”. Antes, “los profesionales nos enfrentábamos a un virus desconocido. Fue una época de incertidumbre, donde muchos pacientes muy jóvenes se morían”, explicó. También existía “una gran estigmatización, porque se criticaba la manera de vivir de esos pacientes”. En cambio, en la actualidad, “con un diagnóstico y tratamiento adecuados, se ha convertido en una enfermedad crónica, en donde la esperanza y la calidad de vida es prácticamente similar al del resto de la población”.

Hace cuarenta años surgieron los primeros antirretrovirales, “pero no eran eficaces, producían muchos efectos secundarios y los pacientes tenían que tomar entre 15 y 20 pastillas”. Poco a poco “se fue desarrollando el tratamiento actual: una mezcla de varios antirretrovirales en un solo comprimido —administrado una vez al día—”, indicó la doctora Mariño. Y, desde hace poco, “existe la posibilidad de administrarlos por vía intramuscular”. Ahora “toca centrarse en controlar las complicaciones derivadas del envejecimiento, porque antes la esperanza de vida era mucho menor” y no llegaban a edades avanzadas.

Las personas que no están infectadas “pueden recibir tratamiento preventivo en el caso de que se expongan a determinadas prácticas en las que puedan correr el riesgo de que se les transmita el VIH”. También existe la profilaxis post-exposición, es decir, tomar medicamentos dentro de las 72 horas posteriores a una posible exposición al VIH para prevenir la infección. “Son avances que han cambiado mucho el curso de la patología, la incidencia y la transmisión”.

“Como profesional ha sido muy interesante y estimulante formar parte de la evolución de la infección por VIH, desde sus inicios hasta que se ha cronificado” (Ana Mariño)

Con respecto a la tendencia, “los casos nuevos de infección disminuyen, pero aumenta el número de personas que viven con VIH, porque se ha incrementado la esperanza de vida de estos pacientes”, gracias a los tratamientos y la información con la que contamos hoy en día.   Echando la vista atrás, como profesional, “ha sido muy interesante y estimulante formar parte de la evolución de la infección por VIH, desde sus inicios hasta que se ha cronificado. Para mí fue algo determinante”, afirmó.

La doctora Mariño creó y desarrolló en 1991, junto con el médico José García, la Unidad de Enfermedades Infecciosas, incluyendo el primer hospital de día del área sanitaria de Ferrol, ante la necesidad de una “mayor dedicación y especialización en esta área” y ante la falta de “una especialidad como tal en España, que es el único país de la Unión Europea que no la ha creado”. Los avances en la unidad “consistieron en conseguir un mejor control de la infección por VIH —aplicando las guías de práctica clínica—, el descenso y control de los casos de tuberculosis en la zona. Y, además, también poner en marcha el control de la infección intrahospitalaria —nosocomial—, y el programa PROA de optimización del uso de antimicrobianos”, explicó.

La unidad también se enfrenta en la actualidad a un repunte en los casos de infecciones de transmisión sexual —como la sífilis o el gonococo—, “que están aumentando a nivel mundial, porque se ha bajado la guardia en cuanto al uso del preservativo”. Además, “hay que diagnosticarlas y tratarlas lo antes posible, y hacer esfuerzos para educar a la población y a los jóvenes para que la situación mejore”.

Ana Mariño