El Servicio de Ginecología y Obstetricia del Chuac ha recibido su primer premio Best in Class por los avances que ha experimentado en los últimos años. La jefa del Servicio, Belén López Viñas, asegura que el reconocimiento “es sinónimo de que se están haciendo las cosas bien. Supone un premio a una trayectoria y mejora progresiva de todas las áreas de nuestra especialidad. Aquí creo que ha sido fundamental la valoración que las pacientes han hecho de nosotros a través de las encuestas de atención al paciente”.
En los últimos años el Servicio ha experimentado cambios que han permitido un mejor abordaje. En los procedimientos quirúrgicos “se ha introducido la cirugía robótica. Principalmente la usamos en pacientes oncológicas —con cáncer de cérvix o de endometrio—, con resultados exitosos”. Usar esta tecnología “permite un abordaje endoscópico de los tumores. Por lo tanto, es una operación de alta precisión que reduce las secuelas posquirúrgicas y la pérdida hemática”. Además, “las pacientes experimentan un posoperatorio más llevadero con menor requerimiento de analgesia y una recuperación más rápida para reincorporarse a su vida diaria”, explica. También “llevamos unos años realizando cirugía por orificios naturales —a través de la vagina— que permite llevar a cabo intervenciones sin tener que hacer ninguna incisión en el abdomen”, asegura la facultativa.
En cuanto a los tratamientos, la doctora López Viñas destaca la “introducción reciente de la radiofrecuencia para la detección de los miomas o para las pacientes con sangrados abundantes persistentes”. En la prevención de patologías obstétricas destaca “el screening para evaluar el riesgo de preeclampsia en las consultas del primer trimestre de embarazo. Esto ha supuesto una mejora muy importante, porque al hacer un control más intensivo ha permitido que las pacientes con esta patología no la lleguen a desarrollar o, si lo hacen, que el nacimiento del bebé sea lo más seguro posible”.
También se han hecho mejoras estructurales en los últimos años que han permitido que “las pacientes ingresadas tengan mayor intimidad, tanto en el área de partos —que se ha reformado—, como en el ingreso de hospitalización, en el que no tienen que compartir habitación”.
En cuanto a la atención asistencial, “lo más llamativo es el desarrollo de consultas especializadas. Además de las que ya había —como oncología, consultas de alto riesgo de embarazo o aquellas de rehabilitación—, ahora están las del manejo de la patología del suelo pélvico, las del tratamiento de la endometriosis y las de la afección cervical. Nuestro Servicio es muy amplio, por lo que tener profesionales de referencia y especializados es muy valorado por las pacientes”.
Desde el Servicio “buscamos hacer un manejo lo más integral posible”. Por eso, “ante enfermedades graves, como la endometriosis o la patología obstétrica, solemos trabajar conjuntamente con otros servicios a través de comités, en los que hacemos una valoración conjunta y decidimos, entre todos, la mejor propuesta de tratamiento”. Entre las enfermedades que han visto aumentada su prevalencia está, por un lado, “la de suelo pélvico —prolapsos o incontinencia—, debido al envejecimiento de la población y a que el embarazo cada vez ocurra en edades más tardías. Y, por otro, dentro de las pacientes oncológicas, el cáncer de endometrio, también asociado al envejecimiento y a patologías como la diabetes y la hipertensión”.
De cara al futuro, “el objetivo de nuestro Servicio es intentar hacer que la atención a las pacientes sea cada vez más cercana y personalizada, seguir estableciendo alianzas con otros servicios para una atención más integral, desarrollar un diagnóstico más precoz de las alteraciones que se producen durante el embarazo y trabajar por conseguir un incremento de la salud de las mujeres”. Sin olvidar “la importancia de concienciarlas sobre el autocuidado, que ayuda en la prevención de ciertas patologías”.